
Admito que Steve Hyuga era mi héroe, y me encantaba "el tiro del dragón" que éste ejecutaba(una de las jaladas más grandes que he visto en las caricaturas japonesas: un "supertiro" que atravesaba la red y seguía girando destruyendo todo a su alcance..) Pero estaba genial y siempre sin falta a las 6pm estaba frente a mi tele. Tanto me gustaban que entré a jugar con los Búhos del CEL (con microbios), pero no duré mucho porque me ponían de defensa y la razón por la que había entrado era para meter goles como Steve. Me intentaron poner de portero pero como Benji Price (el portero de la serie) me caía gordo decidí dejar de jugar: delantero o nada y me fui a probar suerte en otra cosa.
Pasó un poco el tiempo y se me olvidó el fútbol un rato, hasta que llegó el mundial de Francia 98 y resurgió mi pasión por este deporte. Todavía tengo en mi cabeza la voz del "perro" Bermúdez narrando el gol del "Matador" al minuto 93´contra Holanda: en la última jugada con un punterazo venciendo en la salida a Van der Sar, un gol que a la postre fue la calificación a octavos, un gol que lo festejé como nunca he festejado otro, un gol que marcaría mi manera de ver la vida..
Viendo los partidos de la selección me ha tocado vivir de todo: grandes victorias y amargas derrotas que duelen digerir, aunque se aprende mucho de estas últimas.
Otro bonito recuerdo que tengo de este hermoso deporte es la PUTIZA que le metieron mis Chivas Rayadas en el año de su centenario al Boca Juniors en el Jalisco: 4-0. Los bosteros salieron escaldados ese día del estadio.
Ahora volviendo a mi experiencia personal, no volví a patear un palón por piedad hasta que llegué a tercero de secundaria y porque Franz Vales me obligó: por más pases buenos que me daba siempre fallaba en la definición(y era de esperarse, tenía como 9 años que no pateaba un balón), así que mejor me mandó a la portería, y ya no la solté. Digo, no soy Lev Yashin pero me la rifo cuando me vuelvo loco. Me encanta. La posición que nadie quiere es la mía. En la soledad de la porteía he encontrado mi manera de jugar. Agresiva, con algunos titubeos, sufriendo por arriba pero siempre partiéndome la mauser.